Bautismo Católico



El Bautismo Infantil

El Bautismo Infantil


Sinopsis: El bautismo infantil ha sido una práctica cristiana desde el principio de la Iglesia. Es el rito que reemplaza la circuncisión infantil del Antiguo Testamento como signo de la Alianza con Dios.

Es uno de los temas que más cuesta trabajo entender a algunos de los hermanos separados: el bautismo infantil católico. Y digo algunos porque existen iglesias evangélicas que practican el bautismo infantil.

Veamos:

1. EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS SE HA PRACTICADO DESDE EL PRINCIPIO DE LA IGLESIA

"En las catacumbas antiguas de Roma donde enterraban a los primeros mártires cristianos, leemos las inscripciones sobre las tumbas de los niños fallecidos. Una de ellas dice, "Aquí descansa Arquilla, recién bautizada; tenía un año y cinco meses cuando falleció el día 23 de febrero".

Entre otros epitafios encontrados encontramos lo siguientes:

"149. Nacido con el nombre de Pascasio Severo el jueves de Pascua, día anterior a las nonas de abril... quien vivió seis años, recibió la gracia el 11 de las calendas de mayo y depuso sus albas bautismales en el sepulcro la octava de Pascua.

"151. Aquí está puesta Veneriosa, recién bautizada, que vivió seis años, finó el 8 de las idus de agosto.

"152. A Domisio inocente, recién bautizado, que vivió tres años, treinta días".

Orígenes, en el siglo III, en sus comentarios a la carta de San Pablo a los Romanos escribe que la Iglesia ha recibido "ha recibido de los apóstoles la tradición de bautizar a los niños". (tomado de "El Bautismo que ahora os salva" del padre Daniel Gagnon).

Por lo tanto, la Iglesia Católica siempre ha bautizado a los niños.

2. EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS LOS HACE APTOS PARA LA GRACIA Y NO TIENE NADA QUE VER CON NUESTRA VOLUNTAD, LA CUAL SE MANIFIESTA EN LA CONFIRMACION

Así resume el punto Frank Morera:

"San Juan Crisostomos decía en el siglo IV "Nosotros bautizamos incluso a los niños pequeños, aunque no tengan pecados, para que les sea dada la justificación, la filiación, la herencia, la gracia de ser hermanos y miembros de CRISTO, así como la morada del Espíritu Santo" Hermosas palabras que expresan bien el porqué la Iglesia Bautiza. Bautizamos a los niños, porque creemos que este acto es más que una sola declaración de Fe, por que creemos que JESÚS, por el poder del ESPÍRITU SANTO obra en la vida del niño con la Gracia y para esto no hay que tener conciencia del hecho.

Le comentaba a un amigo que criticaba a la Iglesia sobre el hecho de bautizar niños y le hacia la siguiente pregunta: si un niño de meses se enferma, ¿se debe orar o no por el? ¿Se sanara?... la respuesta fue rápida "¡Si!, claro que se puede orar a lo que pregunté: ¿Pero si el niño no entiende la oración?!!! El me contesto que no importaba por que la sanación era un acto de la voluntad de DIOS, yo le contesté: Así es el bautismo, el niño no tiene que entender pues lo ocurre en su espíritu es un acto de la soberana voluntad de DIOS, donde no participa nuestro entendimiento, como dice Romanos 6 este niño queda injertado en CRISTO, para tener vida en EL."

No bautizar a los niños cuanto antes es una falta de atención a los dones de Dios, pues la gracia del bautismo es un don gratuito.

3. EL BAUTISMO DE NIÑOS REEMPLAZA EL MANDATO DE LA CIRCUNCISION DE LA ANTIGUA ALIANZA

El dr. Scott Hahn, exministro presbiteriano que se convirtió al catolicismo a causa de los descubrimientos que halló en la Sagrada Escritura y en la historia del cristianismo cuando las estudió sin prejuicios afirma en el libro donde cuenta su proceso de conversión. Descubrió que el bautismo infantil era la actualización del signo de entrada en la Alianza que en el Antiguo Testamento era la circunsición (HAHN, Scott y HAHN, Kimberly. Roma Dulce Hogar, Rialp, Madrid, 2001, p. 31):

"Por aquel entonces, ya había leído la Biblia tres o cuatro veces y estaba convencido de que la clave para comprenderla era el concepto de Alianza. Está en cada página, y Dios establece una en cada época. Estudiar la alianza me dejó clara una cuestión: Durante dos mil años, desde el tiempo de Abraham hasta la venida de Cristo, Dios había mostrado a su pueblo que quería que los niños estuvieran en alianza con El. El modo era sencillo: bastaba darles el signo de la alianza.

En el Antiguo Testamento el signo de entrada a la alianza con Dios era la circuncisión. En el Nuevo Testamento, Cristo había sustituído ese signo por el Bautismo. Pero en ningun sitio leí que los niños debían ser excluídos de la alianza; de hecho, le encontré diciendo prácticamente lo contrario: «Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 19, 14).

También hallé a los apóstoles imitándole. Por ejemplo, en Pentecostés, cuando Pedro acabó su primer sermón, llamó a todos a aceptar a Cristo, entrando en la Nueva Alianza: «Arrepentíos y bautizaos en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es esta promesa y para vuestros hijos... » (Hch 2, 38-39)" (HAHN, Scott y HAHN, Kimberly. Roma Dulce Hogar, Rialp, Madrid, 2001, p. 31. Reproducido con autorización).

Dice el padre Daniel Cagnon:

"Por dos mil años, desde el tiempo de Abraham hasta la venida de Cristo, Dios mostró a su pueblo que quería que los niños pertenecieran al Antiguo Pacto con Él: Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo... guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones (Gn 17, 7,9-10). En el AT, la señal de entrar en el convenio con Dios era la circuncisión: Será circuncidado TODO varón de entre vosotros (Gn 17, 10). Se hacía ocho días después de nacer (Ver Isaac en Gén 21, 4 y Pablo en Flp 3,5).

Con Cristo la señal cambió al bautismo. El Nuevo Pacto es ahora una circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo: En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos (Col 2, 11-12).

Como vimos nos acercamos a Jesús por el bautismo (Gá 3,27) y Cristo ordenó que los niños participaran: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos (Mt 19, 14)."

Actualmente, en el bautismo se da nombre a los niños, exactamente como se hacía en la circuncisión bíblica. Basta examinar el evangelio de Lucas para verificar esta práctica (Lc 1, 59ss; Lc 2, 21).

4. CUANDO JUAN BAUTIZA A JESUS ADULTO, NO ESTABA EJERCIENDO EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO

El bautismo de Juan a Jesús no es el mismo bautismo actual. Por eso es que los que recibieron "el bautismo de Juan" tuvieron que ser bautizados nuevamente (Hch 19, 1-7):

"Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo llegó a Éfeso atravesando las regiones altas; encontró allí a algunos discípulos y les preguntó: “¿Recibieron el Espíritu Santo cuando abrazaron la fe?” Le contestaron: “Ni siquiera hemos oído decir que se reciba el Espíritu Santo.” Pablo les replicó: “Entonces, ¿qué bautismo han recibido?” Respondieron: “El bautismo de Juan.” Entonces Pablo les explicó: “Si bien Juan bautizaba con miras a un cambio de vida, pedía al pueblo que creyeran en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús.” Al oír esto se hicieron bautizar en el nombre del Señor Jesús, y al imponerles Pablo las manos, el Espíritu Santo bajó sobre ellos y empezaron a hablar lenguas y a profetizar. Eran unos doce hombres.

¿Cómo se explica esto? Basta leer Juan 7, 39:

"Decía esto Jesús refiriéndose al Espíritu Santo que recibirían los que creyeran en él. Todavía no se comunicaba el Espíritu, porque Jesús aún no había entrado en su gloria.