Sacramento de la Reconciliación
Sacramento de Confesión
Sinopsis
El sacramento de la Confesión está instituido en la Biblia. Fue el mismo Jesús quien la ordenó. Su eficacia no depende de la calidad humana del hombre que es instrumento de reconciliación con Dios, el sacerdote.
Dice San Pablo: "Porque te salvarás si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos. La fe del corazón te procura la ‘justicia’ (justificación), y tu boca, que lo proclama, te consigue la salvación." (Rm 10, 9-10).
¿Hermano, eres de los que dice que es absurdo confesarse con alguien que es más pecador que uno? Si es así, pregúntate más bien quién eres tú para negar la obra de Jesucristo.
Quien diga que no tiene pecado, miente (1 Jn 1, 8), de modo de que debe existir alguna vía para reconciliarnos con Dios (2 Co 5, 20), pues es nuestro deber permanecer en Jesús, so pena de perdernos (Jn 15, 3-11). ¿Porqué crees, hermano, que Jesús nos enseñó en el Padrenuestro a pedir perdón por nuestras ofensas (Lc 11, 4)?
Pues bien, Jesús mismo le dio a Pedro las llaves del Reino y el poder de atar y desatar en la tierra con efectos en el Cielo (lee "El primado de Pedro" por si no lo has hecho). Luego de su gloriosa Resurrección, Jesús se aparece a sus discípulos y ocurre lo siguiente:
"Jesús les volvió a decir: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.” Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.” " (Jn 20, 21-23)
Eso fue antes de Pentecostés, así que el propio Jesús entrega el Espíritu Santo y otorga a sus discípulos el poder de perdonar los pecados. Siendo así, nada tiene que ver la calidad humana del sacerdote que te recibe en confesión, pues Nuestro Señor le encargó la misión de atender tu reconciliación con El como instrumento, tal como recuerda Pablo quien, en cuanto apóstol, tiene el ministerio de la reconciliación (2 Co 5, 18).
La confesión es individual como individual es la salvación y el juicio (1 Re 8, 39; Os 4, 9; Mc 2, 5, etc.)
No le pongas condiciones mezquinas al Señor. No es el sacerdote quien te perdona tus pecados, sino Dios mismo mediante el instrumento que ha dejado a tu alcance: el sacerdote.
"Somos, pues, los ayudantes de Dios, y ahora les suplicamos que no hagan inútil la gracia de Dios que han recibido. Dice la Escritura: En el momento fijado te escuché, en el día de la salvación te ayudé. Este es el momento favorable, éste es el día de la salvación." (2 Co 6, 1-2).
Desde luego, la confesión es uno de los aspectos del sacramento de Reconciliación. Lee el catecismo números 1422 a 1484.