Reflexiones
El Tiempo
Perder tiempo es perder vida; es un suicidio parcial que se consuma poco a poco.
El tiempo es un extraño ladrón, se lleva y roba nuestros momentos cuando ellos son ociosos y vacíos; vale decir: nos roba miseria y nos deja miserables. Pero si en todos nuestros minutos ponemos toda la riqueza espiritual de nuestro esfuerzo, la riqueza es nuestra, y el tiempo no se la puede llevar; él se va y nos deja opulentos.
Sujeta, pues, y haz tuyo el instante que pasa, llenándolo de bondad, de estudio, de ensueño. Y que tu dulce abnegación por el bien de los otros, tu vigoroso ahínco por la propia perfección, tu caminar perenne por los mundos de la belleza, vaya siempre bajo una intima palpitación de amor divino.
Así harás una alquimia inaudita: ¡Sacar eternidad del instante fugaz!
Queridos Amigos, Renato Leduc, escribió: Sabia virtud de conocer el tiempo. Y creo que es una gran verdad; el tiempo es un recurso no renovable y al llegar al final de nuestra jornada seremos los únicos en lamentar o bendecir la forma en que utilizamos nuestro tiempo.
Si acaso ésta tarea pareciera fuera de nuestro alcance quizá debamos buscar ayuda en Aquél que está por sobre el tiempo de manera que seamos sabios e inteligentes al fijar prioridades y administrar nuestro tiempo.
En esta "sociedad de consumo", neoliberal, etc., el hombre se siente a sí mismo no como un valor de utilidad, portador de valores humanos (personalidad, conocimientos, habilidades, simpatía...), sino como una cosa para ser empleada con éxito en el mercado. Está enajenado de sus potencias. Su finalidad es venderse con buen éxito en el mercado. El sentimiento de su identidad no nace de su actividad como individuo viviente y pensante, sino de su papel socioeconómico. Si preguntamos a un hombre: "¿quién eres?", responde: «Soy un albañil», «soy un empleado», «soy un médico», o «soy un hombre casado», «soy el padre de dos niños»...