Antiguo Testamento
Los Libros Históricos: I Libro de Macabeos
El Primer libro de los Macabeos es la traducción de una obra original semita, casi con toda seguridad escrita en hebreo, aunque hasta ahora no se ha encontrado ningún fragmento de ese texto. La redacción final debió de hacerse en los últimos años del s. II a.C., en tiempos de Juan Hircano. La narración sigue un orden cronológico: después de recordar brevemente las conquistas de Alejandro, el autor habla de la persecución de Antíoco IV Epífanes y narra a continuación las hazañas de Matatías y de sus hijos Judas, Jonatán y Simón. Termina con la subida al trono de Juan Hircano, hijo de Simón. Acerca del origen del nombre Macabeo.
El libro se escribió para recordar las hazañas de los macabeos o hasmoneos y para legitimar la monarquía reinante. Había que mostrar de qué manera Juan Hircano había llegado a ser al mismo tiempo sacerdote y jefe civil. Su sacerdocio se podía explicar por su ascendencia levítica; no así el título real, que pertenecía únicamente a la dinastía de David.
El autor toma como modelo la forma literaria de los antiguos libros históricos ( Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, y 1 y 2 Reyes; historia deuteronomista). Él estaba convencido de que el Dios de Israel era el verdadero protagonista de los hechos que narraba. El Señor interviene ahora, como había intervenido en otras épocas, y de nuevo suscitaba salvadores para su pueblo. Cuando Israel adoraba falsos dioses era castigado. También en el momento presente la persecución de Antíoco era un castigo por la apostasía de muchos judíos. El vocabulario empleado y las frases utilizadas muestran el deseo de inspirarse en los antiguos relatos de los libros de Reyes.
El escritor tomó mucho de sus propios recuerdos; utilizó igualmente los archivos del tesoro, donde se guardaba una serie de documentos: cartas del Senado Romano, de los reyes seléucidas, etc. Además, se sirvió de una fuente pagana que le suministró, entre otras cosas, la cronología.
Su punto de vista es religioso. La ley es el centro de todo. La lucha no es tanto entre seléucidas y macabeos, sino entre los que observan la ley y sus adversarios. Tiene así mismo intenciones políticas, pues toma siempre partido por los macabeos.