Jesús de Nazareth

Temas Religiosos



Jesús de Nazareth

Nació en una pequeña aldea, hijo de una mujer del campo. Creció en otra aldea donde trabajó como carpintero hasta que tuvo 30 años.

Después, y durante tres años, fue predicador ambulante. Nunca escribió un libro. Nunca tuvo un cargo público. Nunca tuvo familia o casa. Nunca fue a la universidad. Nunca viajó a más de trescientos kilómetros de su lugar de nacimiento. Nunca hizo nada de lo que se asocia con grandeza. No tenía más credenciales que él mismo.

Tenía sólo treinta y tres años cuando la opinión pública se volvió en su contra. Sus amigos le abandonaron.

Fue entregado a sus enemigos, e hicieron mofa de él en un juicio. Fue crucificado entre dos ladrones. Mientras agonizaba preguntando a Dios por qué le había abandonado, sus verdugos se jugaron sus vestiduras, la única posesión que tenía.

Cuando murió fue enterrado en una tumba prestada por un amigo. Han pasado veinte siglos, y hoy es figura central de nuestro mundo, factor decisivo del progreso de la humanidad. Ninguno de los ejércitos que marcharon, ninguna de las armadas que navegaron, ninguno de los parlamentos que se reunieron, ninguno de los reyes que reinaron, ni todos ellos juntos, han cambiado tanto la vida del hombre en la tierra como esta Vida solitaria".

Si aplicamos esto a la Biblia, resulta que un texto, un acontecimiento, una persona estará fijada estrictamente en su pasado. Se quiere averiguar lo que el autor pasado ha dicho entonces y puede haber dicho o pensado. Se trata de lo «histórico», de lo «pasado». Por eso la exégesis histórico-crítica no me trae la Biblia al hoy, a mi vida actual. Esto es imposible. Por el contrario, ella la separa de mí y la muestra estrictamente asentada en el pasado. Éste es el punto en que Drewermann ha criticado con razón la exégesis histórico-crítica en la medida en que pretende ser autosuficiente. Esta exégesis, por definición, expresa la realidad, no de hoy, ni mía, sino de ayer, de otro. Por eso nunca puede mostrar al Cristo de hoy, mañana y siempre, sino solamente -si permanece fiel a sí misma- al Cristo de ayer.