Padre Tomás Del Valle-Reyes

BENEDICTO XVI Y EL SEPTIMO DE CABALLERIA




Padre Tomás Del Valle-Reyes

26 de Febrero, 2012

El pasado 18 de febrero tuvo lugar en el Vaticano la creación de 22 nuevos cardenales.
La mayoría son miembros destacados del Gobierno central de la Iglesia, la Curia Romana , o dirigen diócesis importantes, como lo son los Arzobispos de Toronto, Nueva York, Florencia o Praga.
Cuatro de ellos se destacaron en el servicio diplomático de la Santa Sede en lugares conflictivos como Iraq, Viet Nam, Cambodia , Filipinas, Líbano y la antigua Yugoslavia.
Un día antes el Papa Benedicto XVI se reunió con el Colegio Cardenalicio en pleno y les planteó la pregunta de cómo encarar el gran reto de la Iglesia Católica en el tercer milenio del cristianismo, el objetivo prioritario del resto del pontificado de Benedicto XVI “La nueva Evangelización” comenzado por su predecesor, Juan Pablo II en grandes documentos como la “Tertio Millenio ineunte” (Ante el Tercer Milenio).
Uno de los oradores en dicha reunión lo fue el Arzobispo de NY, quien dirigiéndose a los purpurados les dijo “nos hemos reunido aquí como misioneros y evangelizadores”.
Hablando a los Cardenales, el nuevo Séptimo de Caballería, les hizo siete propuestas. La primera, reconocer que muchas personas sin fe están en realidad buscándola.
Presentar la nueva evangelización teniendo confianza pero sin caer en el triunfalismo fue la segunda. El reconocer que la nueva evangelización no es sobre unos contenidos, sino sobre una Persona, Jesús de Nazaret ocupó el tercer lugar. Como cuarta propuesta o reto plantea el.
entender que es precisamente Jesús quien nos dice la verdad sobre nuestra vida. Algo extraña le sonó a los serios purpurados la quinta, sonreír ya que el evangelizador debe ser una persona alegre.
Una invitación a entender que la evangelización es sobre todo Amor: el amor de Dios por cada ser humano y el amor a cada persona ocupó el sexto lugar y, finalmente, la invitación a ser testigos –“mártires” –dispuestos a dar la sangre por la difusión del evangelio.
Dolan habló en un lenguaje “distinto” en un lenguaje nuevo. En un lenguaje curtido en la vivencia de una ciudad cosmopolita-Nueva York- en un continente joven, América, en el lenguaje que hablan las nuevas generaciones, el del cine, el Facebook, las redes de internet.
Ilustró su presentación con dos películas reflejo de lo que exponía, “The Way” que nos narra el camino de fe de un joven que ve truncados sus esfuerzos y es el padre no creyente que lo concluye y “De dioses y hombres” ejemplo de coraje y amor hasta la muerte por personas de otras religiones. No es extraño en Dolan.
Pertenece a esa generación de jóvenes que, en 1965, al concluir el Vaticano II la Iglesia le dijo “…van a recibir la antorcha de manos de sus mayores y a vivir en el mundo en el momento de las más gigantescas transformaciones de su historia.
Son ustedes los que, recogiendo lo mejor del ejemplo y de las enseñanzas de sus padres y de sus maestros van a formar la sociedad de mañana; se salvarán o perecerán con ella”
. Dolan ya no es joven.
Ha recogido lo mejor de sus mayores y es ahora uno de los líderes de ese legendario Séptimo de Caballería dispuesto a recuperar lo perdido.
No quiere perecer. De ese Séptimo de Caballería para los cuales ser consecuentes demanda lo imposible.

Tertuliasiglo21@aol.com