Basílica de San Pedro
La Basílica
de San Pablo Extramuros es, después de San Pedro, la iglesia más grande de
Roma. Imponente y
monumental, se destaca más aún por el amplio espacio que la separa de los
edificios circundantes. Surgió en la primera mitad del siglo IV por voluntad del
emperador Constantino, en el lugar que la tradición indica como la tumba del
Apóstol Pablo (cerca de la basílica esta Tre Fontana, lugar de su martirio).
En el mismo
siglo fue reconstruida de manera más solemne y majestuosa. Desde siempre, esta
Basílica fue meta incesante de fieles y peregrinos provenientes de todas partes
del mundo, para venerar al "Apóstol de los gentiles", que con su palabra
y sus escritos contribuyó - en los primeros años de vida de la Iglesia- a la
difusión del mensaje cristiano en modo determinante. A fines del primer Año
Santo del 1300, fue incluida en el itinerario jubilar para obtener las
indulgencias. La Basílica quedó prácticamente intacta en su aspecto
extraordinariamente sugestivo de templo patriarcal paleocristiano, hasta
inicios del siglo XIX. En 1823 fue destruida
casi completamente por un terrible incendio, provocado por el descuido de los
vigilantes en la restauración del techo. A León XIII le tocó la ardua tarea de
iniciar la reconstrucción de la Basílica. Los trabajos continuaron activamente
bajo el pontificado de Pío IX que el 10 de diciembre de 1854 consagró la nueva
Basílica. La entrada a la Basílica de San Pablo se hace hoy como antiguamente, a
través de un atrio precedido por un jardín. El atrio con sus 70 metros de lado y
sus 150 columnas, es más solemne y amplio. En el jardín, entre flores y
palmeras, se destaca la estatua de un San Pablo severo, obra de José Obici. El
apóstol tiene en una mano la espada, símbolo de su martirio, y en la otra mano
el libro que subraya su
actividad de mensajero de la Palabra de Dios, escrita y proclamada. Pablo es el
apóstol al que en modo especial se debe la difusión de la fe cristiana en el
mundo greco-romano. Sus cartas y el texto bíblico de los "Hechos de los
apóstoles" nos dan abundantes noticias sobre su vida, su pensamiento y su
actividad. Ninguno de los apóstoles tiene una existencia tan documentada como
San Pablo. Pablo nació en Tarso, un pueblo de Cilicia (actual Turquía),
aproximadamente en el año 10 de la era cristiana. Al inicio fue un perseguidor
convencido y encarnizado de la joven Iglesia. Convertido por Cristo, que se le
apareció en el camino de Damasco, se transformó en el mensajero más decidido de
la fe cristiana. Sus predicaciones lo llevaron a Chipre, Panfilia, Pisidia y
Licaonia. La tradición indica que San Pablo murió decapitado aproximadamente
en el año 67, en Roma. Las reliquias del Santo mártir de Cristo se veneran
hoy en la cripta