La Palmera de Matusalén

Tiempos de Hoy



La Palmera de Matusalén

La investigadora israelí Sarah Sallon ha dado vida a un sueño: germinación de una semilla de hace 2.000 años. Ni más ni menos. La semilla, de palmera datilera, apareció en las excavaciones que un equipo israelí llevó a cabo hace más de 30 años en la bíblica y aislada montaña de Masada, situada en el desierto de Judea, al lado del Mar Muerto. El escenario es famoso por la decisión de 960 judíos en el año 73 ( D.C), que tras semanas de asedio de las fuerzas romanas, prefirieron inmolarse en masa antes que rendirse.

La semilla acabó en un cajón del director de arqueología botánica de la Universidad de Bar-Ilan, Morchedai Kislef. Sallon explicó que un día, por casualidad, le pidió la semilla a Kislef. "Estás loca', me dijo pero finalmente me dio tres semillas". Sallon, pediatra del University College de Londres y especialista en plantas medicinales de Oriente Próximo, se las llevó a su colega Elaine Solowey, experta en el cultivo de la palmera y profesora del Instituto Arava de Estudios Ambientales.

Ninguna tenía mucha fe, pero el experimento funcionó. Solowey había colocado la semilla en agua caliente para ablandar la cubierta, después la sumergió en un compuesto rico en nutrientes, enzimas y fertilizantes y la puso a una maceta. Seis semanas después, Solowey vio con sorpresa abrirse la tierra y surgir un pequeño tallo verde...

Los investigadores creen que las semillas eran restos de las provisiones de los inmolados en el fuerte de Masada. Allí mismo, sufriendo un calor infernal, los expertos israelíes afirman que "es la semilla más antigua que se ha germinado". Como no podía ser de otra forma, los padres del descubrimiento han recurrido a la Biblia para bautizar a la afortunada semilla: Matusalén, como el famoso patriarca hebreo y abuelo de Noé que, según el Antiguo Testamento, vivió 969 años.

La palmera tiene ahora una altura de 30 centímetros y ha producido siete hojas, una de las cuales esta siendo analizada concienzudamente en los laboratorios. Las pruebas de ADN indican que la semilla tenía aproximadamente 1.900 años por lo que, teniendo en cuenta posibles errores de cálculo, (50 años más o menos) la fecha de la semilla data del periodo que va del año 35 (A.C) al 65 (D.C), poco antes del asedio final romano a la fortificación de Masada.

El arqueólogo israelí Rudy Chaim explica que la importancia radica en los años: "No son muchos los casos en los que se logra germinar una semilla tan antigua. En Israel, las semillas que más abundan en excavaciones arqueológicas son de dátiles y olivas. Además, no podemos obviar el carácter antropológico debido al estrato arqueológico del que se trata".

La palmera del dátil simboliza el antiguo Israel. Históricamente, se cree que el dátil fue cultivado por primera vez hace 3.000 años en las tierras que hoy pertenecen al actual Irak. Para el Antiguo Egipto significaba la fertilidad, para los hebreos y griegos, la victoria, para los fenicios, la santidad (la famosa Diosa Palmera) y para los árabes, el árbol de la vida. Miles de años después, el dátil sigue siendo fundamental como fuente de hidratos de carbono para millones de personas de todo el mundo.

Solowey afirma que "normalmente las plantas que crecen de semillas muy antiguas suelen morir muy pronto". "Si Matusalén prospera con fuerza, esperamos que esta palmera nos revele los secretos de su pasado", sueñan en voz alta los científicos. Para Sallon, no es ningún sueño: "¿Quién iba a imaginar que tras 2000 años brotara de la tierra una semilla como esta???????