Iglesia Santa SofÃa
Iglesia Santa SofÃa
Desde la Edad de Oro de Bizancio, esta mezquita que en un tiempo fue un templo católico,
es uno de los más extraordinarios edificios dentro de la historia de la arquitectura.
Desempeñó un papel importantÃsimo tanto arquitectónica como litúrgicamente en la confesión Ortodoxa Oriental,
en el Imperio Bizantino y, más tarde, como mezquita durante el Imperio Otomano.
La primera iglesia, levantada en Constantinopla, fue llamada Magalé Ecclesia, una palabra griega
que significa La Gran Iglesia, fue planificada por Constantino el Grande cuando tomó la decisión de hacer del
cristianismo la religión oficial del Imperio Romano.
Comenzó en el año 325 y continuó hasta el 360, debiendo ser terminada por su hijo Constantino II.
No queda ninguna constancia de esta primera construcción, aunque probablemente fuera una basÃlica con techo de
madera y paredes de piedra que sirvió como Iglesia Imperial hasta el año 404.
Durante el siglo V esta primera iglesia se quemó y fue en el año 415 cuando Theodosius II reedificó la
iglesia y la convirtió en basÃlica, el arquitecto de esta segunda iglesia era Ruffinos, aunque esta segunda
iglesia también fue efÃmera pues se quemó durante la insurrección de Nikita en el año 532.
Las huellas de esta segunda construcción se pueden apreciar en el exterior de la pared occidental de la
iglesia actual.
Durante el imperio de Justiniano su reconstrucción fue nuevamente comenzada, 532, y para ello el emperador recurrió a dos arquitectos de tradición griega, Antemio de Tralles como autor teórico del proyecto e Isidoro de Mileto, encargado de llevarlo a término. Se reabrió en el año 537.
Su esplendor es debido, en parte, al haber sido levantada junto al palacio del emperador Justiniano.
Se concibe como la gran iglesia del emperador y contiene todos los elementos de la magnificencia cortesana a la
vez que unifica todas las tradiciones arquitectónicas de la Antigüedad: la tradición oriental de la arquitectura
mesopotámica, persa y siria, se funde con las tradiciones constructivas griegas, romanas y paleocristianas,
además de las adiciones musulmanas.
A su vez, Santa SofÃa va a ejercer una gran influencia en la arquitectura posterior del Románico y del Renacimiento.
En el año 568 Isidoro el Joven, sobrino de Isidoro de Mileto, fue el encargado de reconstruir la cúpula,
castigada por los terremotos de los años 553 y 557 y definitivamente destruida por el del año 558.
A finales del siglo XVI hubo otros desperfectos menores, obligando a nuevas obras.