Padre Tomás y el Patriarca Latino de Jersulen

Llamado del Patriarca
de Jerusalén



Pictures: By Father Tomas Del Valle-Reyes

Si vienen a Tierra Santa: ayudarán a borrar las huellas de la guerra

Llamado del patriarca de Jerusalén de los Latinos Su Beatitud Michel Sabbah, Patriarca de Jerusalén de los Latinos, cuya diócesis incluye Palestina, Jordania y la isla de Chipre, hizo al concluir la primera Guerra del Golfo un llamamiento a los peregrinos de todo el mun­do para que vuelvan a visitar Tierra Santa. Por la crisis y la reciente guerra en la zona del Golfo Pérsico, el número de pere­grinos a los Santos Lugares ha disminuido notablemente. Sigue teniendo vigencia la reflexión de hace años.

Queridos peregrinos:

La guerra ha terminado. Con ella han acabado el dolor y las destrucciones. Ahora se debe cons­truir la paz. La guerra, aún habiendo originado una división cultural, no ha de constituir aún un obstáculo. Ahora, todo hombre de buena volun­tad debe esforzarse por reducir las consecuencias del daño producido y por construir la paz.

Los peregrinos participan en este esfuerzo. Son parte de nuestra diócesis de Jerusalén. Material­mente, sólo están de paso, pero espiritualmente son un elemento estable y se hallan .unidos a nosotros a través de la continuidad de la fe, la oración y el contacto -aunque sea rápido- con nues­tra cultura religiosa pluridimensional de Oriente.

Padre Tomás en el Patriarcado Latino de Jersulen

Los peregrinos y los responsables de la pastoral de las peregrinaciones tienen una responsabili­dad que cumplir, mas que en la reconstrucción de los países afectados por la guerra, en la reconstrucción moral de esos mismos países, a fin de que vuelva a reinar la paz en los corazones y en las almas.

Los peregrinos llevan un testimonio de paz y reconciliación cuando se dirigen de nuevo hacia Oriente, no para conquistarlo, sino para orar y manifestar la solidaridad del amor cristiano a todos los habitantes de Tierra Santa y Jerusalén, cristianos, musulmanes y judíos.

Este testimonio necesita un cierto tiempo para borrar el anti testimonio de la guerra, pero tarde o temprano llegará.

Queridos peregrinos, venid, organizad oraciones y encuentros litúrgicos en comunión con todos los hermanos de Tierra Santa, respetando sus sentimientos y sufrimientos presentes.

Venid, percataos de la situación real, y dad testimonio de la verdad!. Volveréis a casa mejor informados, porque una información más veraz y justa genera la paz.

El peregrino que viene a rezar a Jerusalén lleva en su corazón las palabras de Jesús: "Bienaventu­rados los que trabajaban por la paz" (Mt. 5,9). Es decir, hará suya la opción preferencial de la Iglesia por los pobres y oprimidos, como pide el Evangelio.

Debéis venir a Jerusalén! Tenéis la obligación de visitar la Iglesia madre. Los que viven allí encuentran siempre dificultades; los tiempos son todavía difíciles. Pero el peregrino que comparte algunos días de la vida difícil de sus hermanos no corre ningún peligro.

Sois el rostro orante de la cristiandad, podéis reparar el mal y cancelar la 'huella desastrosa que ha dejado la guerra. Las Iglesias de Oriente y Occidente necesitan constructores de paz y de perdón.


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