EL DIA DEL RECUERDO
Padre Tomás Del Valle-Reyes
27 de Enero 2013
(All Pics by: Rev. Father Tomas Del Valle-Reyes)
He ido con frecuencia a Jerusalén, la ciudad de un Dios,
dos pueblos y tres religiones, como la
definiera cierto político inglés.
Es una ciudad llena de olores, murmullos, razas, rezos, risas,
romances y ruidos.Cuando se recorren las callejuelas de la ciudad vieja cualquier cosa
puede pasar.
Sus paredes rezuman tristeza y llanto. Pero hay dos sitios que nunca he dejado de visitar cada vez
que he tenido la oportunidad de recorrer esta ciudad tan especial.
Uno es el lugar donde, según la tradición, fue ejecutado Jesús, el aldeano de Nazaret, a manos de las
fuerzas de ocupación romanas en el siglo I.
Entre vericuetos, callejuelas, monjes con caras de amargura y tristeza, apestosos a sudor, cera derretida
y medio andrajosos, en un templo laberíntico, se encuentra además del calvario el sepulcro del Nazareno.
Dependiendo de las horas del día
en las cuales se visite, se siente el recogimiento y la oración fluye espontánea.
También se parece al al zoco de cualquier ciudad musulmana. Es tan complicado el sitio que la llave de
entrada y salida del templo la mantiene una familia musulmana desde tiempos inmemoriales.
El otro lugar que siempre visito es Yad Vashem, el memorial donde se recuerda los seis millones de
personas que fueron asesinados durante el período comprendido entre 1934 y 1945 por parte de los
seguidores del movimiento nazi instaurado en Alemania y, posteriormente, en los países anexionados.
Como monumento vivo del pueblo judío al Holocausto, Yad Vashem salvaguarda la memoria del pasado e
imparte su significado para el futuro.
Establecido en 1953 como centro mundial de documentación, investigación, educación y
conmemoración del Holocausto, Yad Vashem es por hoy un sitio
dinámico y vital de encuentro internacional e intergeneracional.
Por más de medio siglo Yad Vashem está comprometido con cuatro pilares del
recuerdo: Conmemoración, Documentación, Investigación y
Educación (página web Yad Vashem)
Y visito este lugar porque considero que es el segundo calvario de la milenaria ciudad.
Allí se conserva el recuerdo vivo.
De la misma forma que con respeto y reverencia se entra en el cubículo donde, según la
tradición, fueron colocados los restos de Jesús al ser bajado
de la cruz, así se hace al visitar las diversas salas y lugares de Yad Vashem.
Pero hay uno que vendría siendo especial, y es donde se guardan las cenizas de millones de seres
humanos que fueron incinerados en los diversos campos de concentración.
De todos esos campos destaca uno el mayor campo de exterminio nazi,
en Auschwitz-Birkenau.
Una llama ardiendo perpetuamente nos recuerda las vidas que se fueron.
Auschwitz fue liberado por las tropas soviéticas el 27 de enero
de 1945. Este año se cumplen los 68 años.
Al cumplirse el 60 aniversario la Asamblea General de las Naciones
Unidas declaró el 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las
víctimas del Holocausto.
Es cierto que el Holocausto Judío no fue el único en la historia reciente.
No podemos olvidar el armenio a manos turcas, los llevados a cabo en la antigua Yugoslavia
entre serbios, bosnios y albanokosovares, las minorías en Irak, en África entre hutus y tutsis.
La lista es larga. La desmemoria corta.
Alguien dijo que quien ignora su historia corre el peligro de volver a
cometer los mismos errores.
En Jerusalén se trata de que no haya olvido.
Viaje con El Padre Tomas del Valle
a China, Tierra Santa, Monte Sinaí y Jordania. Portugal, Fatima, Roma Asis y Praga en el 2013
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