TENGO UNA PREGUNTA PARA USTED
Padre Tomás Del Valle-Reyes
21 de Octubre, 2012
Según la Constitución, cada
cuatro años los ciudadanos son llamados a elegir a su Presidente y Vicepresidente.
Una vez ejercido el voto, toca todo un ceremonial para la toma de posesión. Y al día siguiente empieza
la campaña oficiosa para la relección.
Encuestas de análisis, proyecciones, etc.
El cuarto año de toda presidencia está marcado por unas campañas
salvajes de captación de votos. Todo vale, al menos así parece, con tal de obtener votos.
Desde la campaña electoral que enfrentó a John F. Kennedy y Richard M. Nixon se introdujo un espectáculo
más en las contiendas electorales: los debates entre los candidatos a través de la televisión.
Este año toca elegir a las dos personas que en los próximos cuatro años
regirán los destinos de Estados Unidos y, en cierta forma, del mundo.Hasta el momento
ha habido de todo en las campañas de ambos lados.
También debates. En el último de ellos hubo un grupo de ciudadanos con derecho al voto que
hicieron una serie de preguntas a los candidatos, los cuales trataron de resolver y clarificar.
Si hubiera tenido la oportunidad de participar en dicho debate habría
hecho ciertas preguntas a los candidatos, como por ejemplo,
¿por qué nos engañan con la reforma migratoria? Según datos hay unos
12 millones de personas en el país sin documentos de residencia. Son doce millones que trabajan
con salarios por debajo de lo legal. Están manteniendo una economía sin control.
El legalizarlos supone que los salarios deben ser los justos, las condiciones de trabajo las legales,
los derechos, todos los que marca la ley. Obviamente también las obligaciones.
Eso supone unos costos extra que las empresas y las agencias gubernamentales
no están dispuestas a asumir.
¿Por qué nos hablan del derecho a la vida del no nacido y no del ya nacido que está desempleado,
vive en apartamentos insalubres, no tiene para sus medicinas, lo rechazamos por el color de su piel,
por sus creencias, porque habla un idioma distinto?
Hay cerca de un 47% de esa la población que
tiene que vivir gracias al gobierno porque muchos de ellos no han tenido acceso a un trabajo digno,
a una educación, a un modo de vida como todo ciudadano se merece.
¿Por qué se abandona a lo mejor de nuestra juventud que ha servido en
las fuerzas armadas, en guerras sin sentido (¿alguna lo tiene?) que al regresar al país son
tratados como apestosos, sin derechos, viviendo del welfare y de la caridad, víctimas del alcohol,
las drogas, la depresión y el suicidio? ¿Por qué no nos preocupamos
de nuestros ancianos?
Si hoy los Estados Unidos es un país libre, grande, acogedor, se debe a tantos ciudadanos anónimos
que construyeron la sociedad que vivimos y disfrutamos. Ahora son ancianos y
no nos preocupamos ni siquiera de que puedan comprar sus medicinas y de que vivan su ancianidad con
dignidad.
¿Por qué montamos factorías en otros países donde producimos muchas de las cosas que se podrían hacer
en Estados Unidos? ¿No será que las instituciones que nacieron para ayudar a los trabajadores
ya no sirven, que se preocupan más de sus intereses que del trabajador? Son muchas las preguntas
que tenemos derecho a que se nos aclaren. Hagámoslas y en conciencia votemos. Al que sea. Pero votemos.
No nos quedemos en casa el día de las elecciones.
Viaje con El Padre Tomas del Valle
a China, Tierra Santa, Monte Sinaí y Jordania. Portugal, Fatima, Roma Asis y Praga en el 2013
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