Fiesta de los Tres Santos Reyes
Padre Tomás Del Valle-Reyes
06 de Enero, 2012
Enero 6, 2012
Esta época de fiestas que estamos celebrando se mueve entre dos acontecimientos importantes en la vida de los
cristianos
.
Uno es la conmemoración y actualización
del nacimiento de Jesús en un pequeño pueblo de la
Judea.
Es la Navidad. El otro es la celebración de la
llamada Fiesta de los Reyes Magos, la Epifanía
o Manifestación.
En esta última recordamos la ofrenda de
dones y de respeto por parte de unos extraños individuos que,
atraídos por una serie de signos, se acercaron ante la cuna
de Jesús en Belén.
Es la Fiesta de
los Tres Santos Reyes, también llamados magos.
Los relatos del Evangelio en
torno a estos individuos y a esta festividad son escasos y sobrios.
Tan sólo el Evangelio de San Mateo nos habla de estos
personajes, de los cuales afirma que eran unos sabios de Oriente, quienes se
presentaron en Jerusalén preguntando acerca del Rey de
los Judíos, cuya estrella habían visto y deseaban ofrecerle su respeto y sus
regalos.
La sorpresa causada entre los habitantes de la ciudad capital fue grande al
ver tal caravana y con tal finalidad: rendir vasallaje al recién nacido Rey de los Judíos.
De todos es conocido el interés, las intrigas, los recelos desarrollados
por Herodes el Grande y sus secuaces.
La presentación en el Palacio, la búsqueda del niño y, finalmente, la vuelta a sus países de
origen, dan excusa a Herodes,
una vez descubierto el engaño, a desatar una terrible matanza en Belén y alrededores, cosa por otro
lado bastante frecuente en la intrigante vida del monarca idumeo.
La forma sobria y escueta con que Mateo nos presenta la presencia de estos
personajes nos plantea una serie de preguntas que, a lo largo de la historia, se han intentado resolver,
acudiendo la mayoría de las veces a la fantasía.
¿Cuántos eran? El relato de
San Mateo no nos indica el número.
Por el tipo de ofrendas que le hacen- oro, incienso y
mirra- se ha llegado a la conclusión de que eran tres. Sus nombres:
Melchor, Gaspar y Baltasar.
Tales nombres aparecen por primera vez en documento escrito a principios del
siglo VI de nuestra era en una obra, de autor anónimo, llamada Excerpta Latina Barbari.
Posteriormente, Beda el Venerable, una de las figuras más importantes en la
historia del cristianismo en Inglaterra, y también una de la más destacadas de la incipiente Edad Media,
en su obra Comentarios acerca del Evangelio de San Mateo, expresa la idea de que estos tres personajes
representaban a los tres continentes conocidos hasta el momento. Llega incluso a la afirmación de que
son descendientes de Sem, Cam y Jafeth, los tres hijos del personaje bíblico Noé, el del
diluvio.
En las tradiciones de origen oriental estos personajes reciben otros nombres. En el llamado Libro de Adam, evangelio apócrifo de origen etíope, los nombres son: Hor, rey de los persas; Basanater, rey de Saba y, finalmente, Karsudan, rey del Este. En las tradiciones sirias y armenias el número de los Reyes se sitúa en doce.
El lugar de procedencia es igualmente un misterio.
Podemos deducir, en base al sobrio relato evangélico, que procedían de
Oriente, y su lugar de origen estaba en la Península
Arábiga, lugar donde floreció una cultura de gran riqueza, tanto material como intelectual,
y que apenas es conocida entre nosotros.
Finalmente, la pregunta en torno a la naturaleza de estos personajes
siempre ha llevado un poco a la confusión.
La palabra mago no denota necesariamente rey, sino experto en cuestiones
de astronomía y astrología, con lo que podemos
deducir que estos personajes eran más bien expertos en cuestiones esotéricas y astrológicas que
gobernantes.
Pensemos que hasta muy entrado
el Renacimiento la Astrología era considerada
como una ciencia exacta y digna del mayor respeto.
En nuestro mundo hispano esta festividad ocupa un lugar especial.
Desde los primeros momentos de la llegada de la fe cristiana al continente americano se ha venido
celebrando la Fiesta de los Tres Santos Reyes.
En memoria de aquellos presentes de
Oro- símbolo de la realeza- Incienso- símbolo de la divinidad- y Mirra- de la
Humanidad, se ha quedado entre nosotros ofrecer regalos en esta fecha.
Es la fiesta de los niños, del recuerdo del buen comportamiento,
de tantas cosas que nos hacen volver a ser niños.
Y al fin y al cabo, la Navidad es la fiesta de un Dios hecho Niño.
No nos olvidemos de poner nuestra hierbita en la noche antes del 6 de enero.