Padre Tomás Del Valle-Reyes

EL PASTOR ALEMAN




Padre Tomás Del Valle-Reyes

21 de Abril, 2008



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Siempre me han llamado la atención los perros conocidos como pastores alemanes.

Son tranquilos, fuertes, obedientes. Cuando tienen que defender sus ovejas mejor es dejarles el sitio. Que nadie toque sus ovejas, sus dueños, los niños sobre todo.
Benedicto XVI en su reciente visita ha hecho honor al apelativo que muchos periodistas le adjudicaron recién elegido hace ahora tres años. Ha demostrado en su visita a los Estados Unidos que es un auténtico pastor alemán dispuesto a defender a los más débiles y sencillos de su comunidad, a los niños. Ha ladrado fuerte y poderosamente contra los llamados pastores que han demostrado ser más asalariados que realmente comprometidos con su grey y, dentro de ella, con los heridos, violados, despreciados, humillados.

Benedicto XVI ha salido del armario donde lo teníamos metido. Aún recuerdo cuando fue elegido cómo muchos romanos nos decían que esperáramos, que es un hombre sencillo, capaz de dar muchas sorpresas. Lo acabamos de corroborar.

En el hablar de la gente, en los comentarios del pueblo se dice que su visita les ha fortalecido y les ha animado a seguir adelante. Una comunidad creyente formada por gentes venidas de todos los rincones del mundo, muchos de ellos que le hablan y rezan a Dios en español.

Su visita no ha sido tan solo de denuncia de lo mal hecho y de la petición de perdón y reconciliación. Con su visita ha reconocido la vitalidad de la Comunidad Creyente en este país y ha dado ánimo para enfrentar el futuro con alegría y esperanza. Si fuera a resumir su viaje lo podría hacer con las palabras del Concilio Vaticano II: “Las alegrías y las esperanzas, las penas y las tristezas de la Humanidad, son las alegrías y esperanzas, penas y tristezas de los creyentes en Cristo, y nada humano le debe ser ajeno al creyente” El Pastor ha venido a compartir con su rebaño penas y esperanzas. Ha invitado a sanar heridas. Ha ladrado ante el mal. Se ha sentido acariciado por los niños y jóvenes, como un buen pastor alemán. Ojalá tuviéramos muchos pastores alemanes entre nosotros.

Padre Tomas del Valle