Carta A Unos Marginados
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Padre Tomás Del Valle-Reyes
10 de Diciembre, 2006
Queridos Hermanos y Hermanas,
La sociedad de consumo en que vivimos tiene todo programado para que compremos cosas que muchas veces no sirven, para que escribamos cartas que nunca contestaremos, o para que enviemos tarjetas diciendo una serie de mentiras que ni nosotros mismos nos creemos.
Por una vez me voy a permitir la licencia de escribir una carta a sabiendas que no voy a recibir respuesta. Pero lo hago con todo el cariño del mundo porque es para un grupo numeroso de nuestra sociedad que representa un sector que muchas veces preferimos ignorar. Me estoy refiriendo a los encarcelados, enfermos de sida, a la población homosexual marginada y rechazada, a emigrantes solos, a violados, a tantos ancianos y enfermo que ven caer los días y llegar las noches sin consuelo y en la más completa soledad. Vaya para todos ustedes mi saludo y mi deseo grande de alegría y esperanza en esta época del año que nos recuerda que Cristo se hizo presente en medio de nosotros para que nuestras vidas tuvieran sentido.
Sé que muchos de ustedes se van a extrañar de estas letras. Más se van a extrañar otras personas para las cuales algunos de ustedes son unos pillos, unos asesinos, unos viciosos, unos viejos chochos que no sirven si no es para incordiar. Pero miren, esos comentarios o pensamientos me tienen sin cuidado.
Muchas veces nos olvidamos de que debajo de cada preso, enfermo, anciano, emigrante, marginado sexual, hay un ser humano que ama, sufre y lucha. Y quiero desde esta columna, con todo el cariño y respeto que se merecen, desearles que la vida tenga sentido para todos: sentido para amar y ser amados, compartir, sentirse en definitiva personas.
Qué ironías tiene la vida. Celebramos en estos días el nacimiento de un marginado: marginado que conocerá los sinsabores de la emigración forzada, del exilio político, del desprecio de sus paisanos del pueblo, de las difamaciones de las autoridades, de la traición y el abandono de los amigos en los momentos de las dificultades y el dolor. Se atrevió a decirnos que nuestra vida habrá tenido todo su sentido cuando seamos capaces de dar de comer al hambriento, de beber al sediento, de visitar al enfermo y encarcelado, de acoger al forastero. El decir eso fue una de las causales de su marginación y asesinato.
También estos días son jornadas de reflexión, alegría, encuentros familiares, de volver a ser niños, de tener la ilusión de algo nuevo, de algo que nos sorprenda. Son jornadas de paz y familia Y eso lo deseamos para todos, familiares, amigos, vecinos. Y desde estas líneas se lo deseamos a todos los que he hemos marginado en nuestra sociedad. Seres humanos que con frecuencia no han encontrado cariño desde su infancia. Seres humanos que han pretendido luchar por sobrevivir y levantar su familia pero las circunstancias lo llevaron por caminos equivocados. Seres humanos que estaban en el sitio equivocado en el momento equivocado. Seres humanos que metieron las patas cuando no debían haberlo hecho. Pero por sobre todo, seres humanos. Tan sólo que sepan que el amor es más fuerte que la muerte y que el odio. Y que por mucho que dure la noche, siempre amanece.
Felices fiestas y un año nuevo lleno de esperanza.