Padre Tomás Del Valle-Reyes

La Actualidad Del Viernes Santo




Padre Tomás Del Valle-Reyes

14 de Abril, 2006



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Este 21 de abril tanto la Iglesia Católica como la inmensa mayoría de las Iglesias celebran el recuerdo y memorial de la muerte de Jesús de Nazareth.

Para muchos creyentes el Viernes Santo es el día más importante de su fe. Son aquellos que, erróneamente, creen que la fe cristiana vivida en plenitud no es otra cosa que dolor, privación, sufrimiento, humillación, muerte. No han entendido que el Viernes Santo es un paso para el Domingo de Resurrección.

Existen otros para los cuales el viernes santo es el recordar, y recordar es vivir dice nuestra canción, todas las burradas que entre judíos y romanos infligieron a Jesús de Nazareth allá por el siglo I. Para ello organizan procesiones, hacen ayunos, pasan largas horas en la Iglesia en espíritu meditativo y de oración, recorren mentalmente el Camino de la Cruz, el Via Crucis. Tanto los radios como los televisores de sus casas no se encienden, y si lo hacen es para ver las mismas películas, las mismas historias, los mismos recuerdos de toda la vida sobre la vida y muerte de Jesús de Nazareth. Las cocinas están apagadas en este día y se come de fiambrera, y que esta sea de pescado, así sea el único día en el año que prueban tal alimento. Las velloneras de las barras suelen estar apagadas, aunque cada día este silencio y respeto se va perdiendo, a decir de los más viejos del barrio.

Pero existe también un gran número de nuestros ciudadanos para los cuales el Viernes Santo es actual, vivo, terriblemente cruel. Lo viven en su propia carne.

El Viernes Santo sigue siendo actual para tantos de nuestros niños que no hemos dejado que crezcan. Los hemos maltratado de tal manera, los hemos parqueado en hogares de crianza, los hemos dejado en manos de los servicios sociales de la ciudad para quienes no son otra cosa que un caso con un número. No hemos dejado que vivieran.

El Viernes Santo sigue siendo actual también para nuestros ancianos. Ya no sirven para nada. A duras penas sobreviven con su chequecito de seguro social, comen con los cupones de alimentos, si los tienen, o tienen que acudir a las Iglesias para que les den algo de comer. Nos hemos olvidado que si somos algo a ellos se lo debemos. Ahora mendigan el cariño que no les damos.

El Viernes Santo sigue siendo actual para tantos de nuestros hombres y mujeres jóvenes que se alistaron en un servicio militar pensando en salir de su círculo de pobreza y se han encontrado matando sin saber por qué y siendo masacrados física y mentalmente.

El Viernes Santo sigue siendo actual para tantos emigrantes, mojados o secos, que arriesgan todo por conseguir un mundo mejor para los suyos y lo que han encontrado han sido abusos de todo tipo, violaciones, engaños, explotaciones.

El Viernes Santo sigue siendo actual para tantos de nuestros jóvenes, o no tan jóvenes, que cometieron errores a sabiendas o por equivocación, los hemos tirado en una cárcel deseando que se pudran y olvidándonos de que son seres humanos, tienen familias y no siempre han recibido un trato justo. No todos han podido pagar abogados caros.

Viernes Santo es cada día del año en que despreciamos al ser humano que hay dentro y cerca de nosotros.